EL ÁNGEL DE PIEDRA

      

SIPNOSIS
A sus noventa años, Hagar Shipley, testaruda e inconformista, es todavía una mujer de armas tomar. Vive con su hijo y su nuera, quienes, cansados de cuidarla y a punto de jubilarse, están pensando en trasladarla a una residencia; ella en cambio cree que todavía no ha llegado el momento y mientras espera ese fatídico día, rememora su vida. Criada en un pueblo de las llanuras canadienses e infelizmente casada, Hagar tuvo que ganarse su independencia a pulso en un mundo dominado por las apariencias y las convenciones. Su dureza de carácter, fruto de las difíciles circunstancias que le tocó vivir y del orgullo y la austeridad que le inculcaron, ha condicionado su vida.



SOBRE LA AUTORA

(1926-1987) creció en la pequeña ciudad de Neepawa (Manitoba, Canadá). En 1947 se graduó en el United College, la actual Universidad de Winnipeg, y ese mismo año se casó con John Laurence, ingeniero, con quien tuvo dos hijos. El trabajo de su marido los llevó a Inglaterra y luego a África, donde pasaron cinco años. En 1962, tras separarse de su marido, Margaret Laurence se trasladó a Inglaterra con sus dos hijos, donde escribió su famosa serie de novelas ambientadas en Manawaka: El ángel de piedra (1964; Libros del Asteroide, 2024), A Jest of God (1966), The Fire-Dwellers (1969), A Bird in the House (1970) y The Diviners (1974). Margaret Laurence regresó a Canadá en 1973 y vivió en Lakefield, Ontario, hasta su muerte

librosdelasteroide.com



LA CRÍTICA
Margaret Laurence (1926-1987), se preguntaba quién querría leer un libro sobre una anciana «que no coincide con la idea habitual de lo que debería ser una anciana». En eso —y solo en eso— se equivocó. Sesenta años se cumplen desde la publicación de este clásico contemporáneo donde se funden memoria e imaginación para dar cuenta de la existencia de esta mujer autónoma e inconformista en una sociedad eminentemente patriarcal y conservadora. Entre la revisión de lo vivido o lo soñado y el miedo a que se eche el telón, esta obra logra abordar con sensibilidad y crudeza los grandes temas, a base de una narración precisa, inteligente, irónica y demoledora; modernísima, en suma. Se trata de la primera y más célebre de las novelas que Laurence, tras separarse de su marido, ambientó en Manawaka, ciudad ficticia basada en su ciudad de origen real — Neepawa—, que en este caso es escenario de un homenaje a aquella generación de mujeres que vivieron en las llanuras canadienses durante la primera mitad del siglo XX. Se trata de un retrato descarnado sobre las relaciones familiares y la pérdida, la intransigencia y el orgullo, a través de la mirada singular de esta nonagenaria feroz que se niega a dejarse ir siguiendo las convenciones, encerrada en un asilo, a esas alturas de la película 

 www.revistamercurio.es

El dolor y la rabia de la vejez

Marta Sanz

El libro es oportuno y magnífico. Sería devastador si el talento narrativo de su autora no lo iluminase con chispazos del vitriólico sentido del humor de la protagonista. El relato, con naturalidad orgánica y oscilante movimiento de ola, transita entre pasado y presente a partir de una voz, memoriosa y olvidadiza, cruel y frágil, extrañada porque la vejez es un estado en que se alteran las realidades y el cuerpo se obceca en recordarse joven. El estilo de Laurence adquiere resonancias poéticas y sus imágenes nos remueven tocando el punto más sensible de nuestra médula espinal: frente a los ojos de la niña Hagar, decenas de polluelos se arrastran entre las cáscaras del huevo del que acaban de salir. Son huevos, madurados al sol, que se han caído de una camioneta. Los agónicos polluelos luchan denodadamente por una vida imposible. Hagar no tiene el valor de pisarlos para que mueran pronto. El asco o la piedad la detienen. Hagar son los polluelos anhelantes, pero también la pierna que no se atreve a actuar con clemencia: cuidar a menudo implica tomar decisiones difíciles. Hagar es la gaviota con el ala herida que vuela en un interior. Frente a las alas de piedra del ángel, que señala una tumba, se alzan las alas, vulnerables y poderosas, de los pájaros.


 

Comentarios

Entradas populares de este blog

LOS EDUARDIANOS

GENTE NORMAL