LA MANCHA HUMANA
SIPINOSIS
El sueño americano se tambalea peligrosamente.
Durante el turbulento verano del
escándalo Lewinsky, Coleman Silk, decano de universidad, ve cómo su reputación
y su carrera se arruinan por decir una expresión poco afortunada en un momento
inoportuno. La fiebre de lo políticamente correcto -la nueva caza de brujas en
EE UU- desata, a partir de una sola frase, consecuencias devastadoras.
Pero la verdad acerca de Silk desarmaría
las acusaciones más virulentas. Porque guarda un secreto vital, que no es la
aventura amorosa que mantiene con una mujer a la que dobla la edad, ni sus
supuestos racismo y misoginia. Es un secreto que guarda desde hace años y que no
conocen ni su mujer, ni sus cuatro hijos, ni sus colegas, ni sus amigos.
Philip Roth se enfrenta a las
controversias más candentes con su habitual lucidez, perspicacia y sabiduría.
Una novela que nos lleva a las profundidades de la pirotecnia social norteamericana
a través de una escritura veloz y magistral.
SOBRE EL AUTOR
( 1933-2018) Philip Roth es el segundo hijo de una familia estadounidense de origen judío y está considerado uno de los mejores escritores norteamericanos de los últimos veinticinco años. Estudió en la Universidad de Bucknell, comenzó el doctorado en Filosofía, que nunca terminó e hizo un posgrado en la Universidad de Chicago, donde trabajó brevemente como instructor en el programa de escritura de la Universidad. Roth empezó entonces a enseñar escritura creativa en la Universidad de Iowa y en Princeton. Posteriormente, continuó ejerciendo como profesor en la Universidad de Pennsylvania donde enseñó Literatura comparada hasta que se retiró definitivamente de la docencia en 1992.
Su primera obra Adiós, Columbus, publicada en 1959 ganó el
prestigioso Premio Nacional en 1960. Más tarde aparecieron sus primeras novelas
Deudas y dolores (1962) y Cuando ella era buena (1967). En 1969
se consagró a nivel internacional con El mal de Portnoy una novela en forma de monólogo, procaz y
desvergonzada, protagonizada por un joven de origen judío obsesionado por el
sexo.
La identidad judía y los comentarios sociopolíticos y sexuales serán asuntos recurrentes en su prosa, quien no oculta la raíz autobiográfica de muchos de sus textos. Durante la década de los 70, Roth experimentó con varios estilos, desde la sátira política en La pandilla hasta la fantasía kafkiana en El pecho. Al final de esta década Roth había creado un alter ego Nathan Zuckerman, protagonista de cuatro novelas en esos años (La visita al maestro, Zuckerman desencadenado, La lección de anatomía y La orgía de Praga), pero según la crítica lo mejor llegó en los 90 con la publicación de El teatro de Sabbath (1993), seguida por la asombrosa trilogía: Pastoral americana (ganadora del Pulitzer en 1998), Me casé con un comunista (2000) y La mancha humana (2001), a la que se puede añadir Sale el espectro (2007), igualmente narrada por Zuckerman.
Philip Roth es probablemente el
autor más premiado de su generación. Dos de sus novelas han ganado el Premio
Naconal del Libro; otras dos fueron finalistas; exactamente la misma situación
se da con el galardón del Círculo de Críticos Nacional del Libro. También ha
ganado tres premios del PEN Club y un Pulitzer por su
novela Pastoral americana en 1997. En 2001 La
mancha humana obtuvo el premio británico WH Smith Literary como libro del
año. El crítico Harold Bloom opinó en 2003 que Roth era uno de los
cuatro escritores norteamericanos vivos más importantes que todavía producían,
junto con Thomas Pynchon, Don DeLillo y Cormac McCarthy. La
conjura contra América (2004) ganó el Sidewise de Historia alternativa, así
como el premio de la Sociedad Estadonidense de Historiadores. También por esa
novela, Roth volvió a recibir el WH Smith Literary Award. Ha sido honrado por
su ciudad natal con placas colocadas en su honor en octubre de 2005 en la casa
donde pasó buena parte de su infancia. En 2011 obtuvo el Premio Booker
internacional y en 2012 el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.
LA CRÍTICA
... Philip Roth brillantemente nuevas facetas de ese gran mito que la sociedad estadounidense ha consagrado, el de las huellas indelebles que deja en la vida de las personas todo lo que se fue. Nada, sucede gratuitamente, y sus consecuencias marcan para siempre a los individuos, que llegan así a carecer, en cierto modo, de un futuro libre de ataduras sentimentales o sicológicas.
Roth, acreditado maestro en el monólogo interior y
el “stream of consciusness”, opta en esta oportunidad por un planteamiento
narrativo tradicional muy efectivo. La base está en el diálogo, en un
descriptivismo detallado de los personajes, y en la perspectiva de un yo
testigo, a modo de alter ego del propio escritor. Se trata en este caso de Nathan
Zuckerman, un novelista judío al que el protagonista quiere convencer para
que escriba el drama de su condena universitaria y social por racismo… . para Roth, como para Joyce o para Valle, la tragedia contemporánea es
esperpento, y no damos hoy por hoy para más que para la degradación grotesca de
los héroes antiguos, y de sus pasiones. El gran tema de La
mancha humana... no es otro que la capacidad de simulación del yo para crearse su
propia identidad. El novelista alter ego de Roth es seducido por un “singular acto de
invención” de su amigo Coleman. “Cada día, al levantarse, era lo que había
hecho de sí mismo” : un judío, cuando en realidad había nacido como
uno de esos “negros de piel clara a los que a veces se les toma por blancos” . Las peripecias de tan sofisticada metamorfosis acaban desplazando en
el interés de la intriga a las miserias de la vida universitaria, con sus
neurosis de corrección política certeramente apuntada aquí y figuras
espléndidas como la de la profesora Delphine Roux, y nos conducen a la gran
paradoja de que Coleman acabe destruido por su supuesta animosidad contra la
raza a la que pertenecía, y de la que había conseguido escapar no sin gran
esfuerzo de imaginación por su parte.La mancha humana participa de las mejores
virtudes de la narrativa norteamericana, directa, fiel al principio de la
realidad contemporánea como materia novelable, ajena a los paños calientes y
con una capacidad muy elevada de seducirnos a los lectores. La acción se sitúa
en 1998, y como telón de fondo aparece “el éxtasis de la mojigatería” (pág. 12)
desencadenado por Mónica Lewinsky, la muchacha que “ha revelado más de Estados
Unidos que nadie desde Dos Passos” (pág. 189). Sin tapujos se puede decir que ésta es una de las primeras novelas
donde apunta el arraigo de un nuevo fetiche, la felación, y se incorpora la
Viagra como poderoso agente catalizador de la trama.
Ésta es la historia de un
hombre cuya existencia está fundada a la vez en una negación y en una
afirmación de sí mismo; un hombre que triunfa porque construye lo que deseaba;
un hombre que, en cierto modo, se derrota y se merece a la vez, cuando la vida
lo convierte en un cuerpo extraño dentro de una sociedad que cierra el siglo XX
con un angélico desconocimiento del poder destructor que contiene en sí misma y
también la amenaza que representa para sí misma. Es una maravillosa historia
donde coexisten el coraje y la decadencia, la mentira y el pundonor, la
necesidad y el fracaso. Es una novela sobre América y sobre el mundo occidental
que se adentra en la materia de la que están hechas las grandes novelas: la
dolorosa escenificación de la atomización de la verdad y la lucha contra la
incertidumbre en la vida del hombre contemporáneo.
la lucha contra la incertidumbre en la vida del hombre contemporáneo.
CURIOSIDADES
Los grandes personajes de Philp Roth
Los diez libros imprescindibles de Philp Roth
Comentarios
Publicar un comentario
Deja tu comentario...