PROPUESTA DE LECTURAS PARA 2015-2016


El contacto entre el horror y la belleza es un bellísimo libro sobre las raíces más minerales de los hombres. Un muchacho polaco, Jakob Beer, aparece hundido en el barro en una ciudad polaca, durante la Segunda Guerra Mundial. Lo salva un científico humanista, Athos Roussos, que lo preserva en una isla griega, entre cartog rafía y botánica y piezas de arte. Jakob y Athos, con el transcurso del tiempo, acaban instalándose en Canadá. Pero llevan consigo toda la vida que no han vivido, todo el recuerdo de la barbarie nazi, el mar, el sol, las islas, la lengua griega. Y, en la memoria de Jakob, el recuerdo de Bella. Luego será el encuentro entre Ben, un joven profesor obsesionado por la memoria ajena de la guerra, y el ya viejo Jakob, ahora poeta y traductor: el contacto entre ambos alterará la cuidadosa paz del más joven. Es un choque de herencias terribles. «Este libro extraordinario es un mundo. Quizá sea el mundo», ha dicho John Berger de Piezas de fuga. «Es el libro más importante y más bello que he leído en los últimos cuarenta años».



En Great Wyrley, un pequeño pueblo de Inglaterra, alguien mata caballos y ganado, y escribe anónimos en los que anuncia el sacrificio de veinte doncellas. Hay que encontrar un culpable, y George, abogado, hijo del párroco del pueblo, es el principal sospechoso. ¿Quizá porque él y su familia son los negros del pueblo? El padre de George es parsi, una minoría hindú, convertido al anglicanismo. George es condenado, pero la campaña que proclama su inocencia llega a oídos de Arthur Conan Doyle, el creador de Sherlock Holmes, quien emprende su propia investigación sobre el caso. Arthur es, además, el reverso del opaco George Edalji, quien sólo quiere ser muy inglés y cree en las leyes. Arthur ya es un escritor famoso, deportista y tiene una mente abierta, incluso al espiritismo. Es un feliz moderno de su época. El caso de Edalji y la intervención de Arthur Conan Doyle, ambos verdaderos, han inspirado esta novela, sostenida por una exhaustiva investigación y por una imaginación vívida.


Artefa, un pueblecito perdido en las montañosas Alpujarras granadinas, es el microcosmos que a lo largo de estas páginas concentra en su única calle las idas y venidas de una multitud de personajes, cuyas vidas, que fluyen vertiginosas, terminan por entrelazarse en el destino común del turbulento siglo XIX español. Bajo el yugo aparentemente eterno de los diferentes caciques se van sucediendo las generaciones de artefeños, siempre enfrentadas al poder, hasta culminar con la aparición de Carmen la Reina, la libertadora anarquista, que junto con el doctor Lucas Toledano apostará su vida por la libertad. La parábola de Carmen la Reina es en realidad un gran fresco histórico, a la vez jocoso y pesimista, de una sociedad asfixiada por la religión, la violencia, las epidemias y la miseria, y que, mientras va vislumbrando el fin de su acérrimo feudalismo, sucumbe a las vicisitudes de la guerra de Independencia, las Cortes de Cádiz, de nuevo el absolutismo, la revolución liberal y la primera República

Diciembre de 1917. En un pequeño pueblo del norte de Francia, el cuerpo sin vida de una hermosa niña aparece flotando en el canal. A la escena del crimen acuden, acompañados por el incesante tronar de los cañones y el acre olor a pólvora de un frente que se desgarra a escasos kilómetros, un policía, un juez instructor y un militar. En este mundo provinciano, el asesinato de Belle suscita innumerables sospechas, despierta viejos rencores y sacude un orden social que se tambalea. Todos los indicios apuntan al fiscal Destinat, un rico aristócrata ya jubilado, pero el juez designará como culpables a dos desertores apresados en las cercanías del lugar del crimen. Sin embargo, la crónica de los hechos, escrita por el policía veinte años después del suceso, invita al lector a descubrir una realidad inesperada. En su implacable relato, donde la emoción aparece retenida por el pudor del narrador, nadie es inocente, y los culpables, de una forma u otra, son también víctimas. El gris es el tono dominante, pero no el gris de la muerte, ni el del duro clima invernal, ni siquiera el de la cobardía, sino el gris en que se desenvuelve la condición humana: la ausencia de certezas absolutas, las sombras, los claroscuros, en suma, el peso rotundo de la duda.

Comentarios

Entradas populares de este blog

LOS EDUARDIANOS

GENTE NORMAL

Nostalgia de otro mundo