EUGENIO FUENTES: DOS LÍNEAS, DOS NOVELAS, CONTRARRELOJ, SI MAÑANA MUERO II
SI MAÑANA MUERO
Rubén es un joven pintor ilusionado porque, en 1936, logra su primera exposición en Madrid y, además, consigue vender de inmediato su mejor cuadro. No se espera sin embargo la afrenta del comprador, un tal Jerónimo de las Hoces, que acaba quemando el cuadro en su presencia. El estallido de la guerra lo precipita todo. Destinado al Servicio de Propaganda, Rubén conoce a Marta Medina, una violista que estudia en el conservatorio, y a su compañero Marcelo. Junto con otros milicianos, los tres acabarán en el frente de Extremadura, en Breda, una población importante y de valor estratégico, porque podría detener el avance de los militares golpistas que pretenden unir la zona sur de la Península con la bolsa del norte. Pero Breda es también el lugar de residencia de un extraño terrateniente aficionado al arte que, enfermo de melancolía, ha construido un túmulo misterioso, un monumental mausoleo en memoria de su esposa fallecida.
Destacable también la caracterización de los personajes. Personajes que esconden tras ellos interesantes historias y muestran como el amor es capaz de superar barreras que en un principio parecían infranqueables. Así, cada uno de ellos tiene una historia que va unida a la de otro personaje y que juntos forman una cadena de historias que forjan la narración final. Es por ello, que la conmovedora obra, sonrelatos pequeños que se van sumando a la historia principal y que juntas conforman la historia final.
Probablemente sea una de las novelas más ambiciosas de Eugenio Fuentes, y en la que haya puesto toda la carne en el asador. Puede observarse madurez en ciertos aspectos, como la forma de narración, la caracterización de los personajes, la finura y la puntualización de las descripciones, como por ejemplo el norte de Extremadura, e incluso la perspectiva en que este aborda los trágicos hechos que ocurrieron en aquella España de 1936, y que todavía, hoy en día pueden causar dolor.
Rubén es un joven pintor ilusionado porque, en 1936, logra su primera exposición en Madrid y, además, consigue vender de inmediato su mejor cuadro. No se espera sin embargo la afrenta del comprador, un tal Jerónimo de las Hoces, que acaba quemando el cuadro en su presencia. El estallido de la guerra lo precipita todo. Destinado al Servicio de Propaganda, Rubén conoce a Marta Medina, una violista que estudia en el conservatorio, y a su compañero Marcelo. Junto con otros milicianos, los tres acabarán en el frente de Extremadura, en Breda, una población importante y de valor estratégico, porque podría detener el avance de los militares golpistas que pretenden unir la zona sur de la Península con la bolsa del norte. Pero Breda es también el lugar de residencia de un extraño terrateniente aficionado al arte que, enfermo de melancolía, ha construido un túmulo misterioso, un monumental mausoleo en memoria de su esposa fallecida.
COMIENZA A LEER
Algunas escenas....
- Si
-¿Marta Medina Ortiz?
Melodía |
-Eres músico-dice sin demasiado entusiamo
-Si
-¿Qué instrumento tocas?
-La viola.
-¿Es como un violín?
-Parecido. un poco más grande.Un poco más dulce.Un poco más grave-responde con rapidez, como si o hubiera repetido más veces-
- Creo que no he oído nunca un concierto de viola.
-Probablemente no si lo hubiera oído, seguro que no la habría olvidado.
-Esta bien. Le buscaremos alguna utilidad a tu viola. Muchas guerras han tenido su propia música y quizá también esta dure tanto que te dé tiempo a inspirarte alguna melodía.
Destacable también la caracterización de los personajes. Personajes que esconden tras ellos interesantes historias y muestran como el amor es capaz de superar barreras que en un principio parecían infranqueables. Así, cada uno de ellos tiene una historia que va unida a la de otro personaje y que juntos forman una cadena de historias que forjan la narración final. Es por ello, que la conmovedora obra, sonrelatos pequeños que se van sumando a la historia principal y que juntas conforman la historia final.
De nuevo, la enésima novela
ambientada en nuestra guerra cainita. Parece que ese gran desastre, ensayo de
otro de mayores dimensiones como la Segunda Guerra Mundial, ha pasado de ser
veta genial a prueba incontestable de todo escritor español que se precie. En
tales circunstancias aborda Eugenio Fuentes lo que ya constituye casi un
subgénero temático en España. El cacereño es un escritor con oficio de novelas
negras en las que, sin embargo, por encima del misterio sobresale una férrea
voluntad estética de construcción. El misterio como herramienta, acaso como
excusa, y no como fin en sí mismo, vaya. El atractivo agujero negro en el que
se ha convertido el género criminal parece ser el correcto asidero de muchos
escritores para abordar nuestra mundana realidad o los abismos del alma humana.
De tal modo, con el detective Ricardo Cupido ha ejercitado manos con
reconocimiento internacional en ese género giallo que desborda hoy día la mesa
de novedades.
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